La aerotermia funciona gracias a una tecnología de bomba de calor que extrae calor del aire exterior, incluso en temperaturas frías, y lo transfiere al interior de un edificio para proporcionar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria. Este proceso se logra a través de un ciclo termodinámico que implica la compresión, condensación, expansión y evaporación de un refrigerante en un circuito cerrado. Por ejemplo, durante el invierno, el refrigerante absorbe calor del aire exterior a través del evaporador, se comprime para aumentar su temperatura, y luego cede calor al aire interior a través del condensador.
Los principales componentes de un sistema de aerotermia incluyen el evaporador, el compresor, el condensador y la válvula de expansión. El evaporador absorbe calor del aire exterior y lo transfiere al refrigerante, que luego es comprimido por el compresor para aumentar su temperatura. El refrigerante caliente se condensa en el condensador, liberando calor al aire interior del edificio, y luego se expande en la válvula de expansión para volver al estado de baja presión y reiniciar el ciclo.
La eficiencia de un sistema de aerotermia se mide mediante el Coeficiente de Rendimiento (COP), que es la relación entre la cantidad de energía térmica producida y la cantidad de energía eléctrica consumida. Los sistemas de aerotermia suelen tener COPs superiores a 3, lo que significa que producen más de tres unidades de energía térmica por cada unidad de energía eléctrica consumida. La eficiencia y el rendimiento de un sistema de aerotermia pueden variar según factores como la temperatura exterior, la carga térmica del edificio y la calidad de la instalación y el mantenimiento.
En comparación con los sistemas de calefacción y refrigeración tradicionales, como las calderas de gas y los sistemas de aire acondicionado, la aerotermia ofrece varias ventajas significativas. Por un lado, es más eficiente energéticamente, ya que aprovecha una fuente de energía renovable y gratuita: el aire exterior. Además, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero al no depender de combustibles fósiles. También es más versátil, ya que puede proporcionar calefacción, refrigeración y agua caliente sanitaria con un solo sistema, lo que simplifica la instalación y reduce los costos operativos a largo plazo.
Al comprender cómo funciona la aerotermia y por qué es una alternativa sostenible, los propietarios y diseñadores de edificaciones pueden tomar decisiones informadas para mejorar la eficiencia energética y reducir la huella ambiental de sus proyectos.